9 errores de Contenido Web que cometen las empresas

¿Dedicas poco tiempo a los contenidos o los subcontratas porque no crees que debas dedicarles tanto esfuerzo? ¿Piensas que los contenidos son el “hermano menor” de tu estrategia online? A continuación verás 9 errores que pueden ser las causas más comunes de esa percepción equivocada.

 

 

Infografía. Plan de contenidos web

Pero antes de ver los errores, en esta infografía tienes un esquema de lo que debería ser una planificación de contenidos. Tuitea esta infografía

9 errores de contenido web en las empresas

# 1. El contenido le tiene que gustar a mi jefe

Sea quien sea la persona que decida qué contenidos se van a tratar, uno de los errores más comunes es “pensar en el jefe” en vez de pensar en el usuario. Es lógico que cuentes con el beneplácito de tu jefe en todas las acciones que haces. Pero eso no quiere decir que el trabajo deba reflejar sus gustos en vez de pensar en si le va a gustar o no a vuestros usuarios. Si planteas el trabajo para que le guste a tu jefe, no te extrañe que no tengas la avalancha tráfico que siempre has deseado en tu web, blog o redes sociales. Siempre ha sido él quien ha decidido qué destacar en los catálogos, ¿verdad?; razón suficiente para que siga decidiendo también en el entorno online. Sin embargo lo más común es que lo desconozca. Sólo hace falta consultar el apartado de “Sobre la empresa” de muchas webs corporativas para ver que han reproducido el texto de un folleto o catálogo donde todos son “líderes” de su mercado y llevan años en el sector. Ésas son las típicas frases que les gustan a los jefes.

Conocer los gustos del jefe generalmente no te va a aportar los resultados esperados.

# 2. Los contenidos son como la publicidad

Piensan que abrirse un blog, crear un espacio en redes sociales o subir vídeos a YouTube sirve únicamente para destacar sus servicios y productos, igual que lo hacen con un folleto, un catálogo o una nota de prensa por la que han pagado.

Plantea los contenidos para poder relacionarte y conocer bien a tus usuarios, saber qué les puede gustar o cómo puedes acertar en la creación de productos. Enfoca los contenidos para que cubran sus necesidades, es decir, que les resulten útiles y prácticos. No lo hagas pensando en hacerte publicidad pura y dura como hasta ahora porque eso ya no funciona.

# 3. El medio online es muy barato

Hay quienes consideran incluso que “estar en Internet es gratis”. Generalmente se valoran muy poco los costes de una buena presencia, y sin embargo tanto los recursos como las acciones que se deberían llevar a cabo tienen un coste tan elevado (o más) que el de muchos de los proyectos que se realizan offline.

Es cierto que darse de alta en redes sociales no supone ningún coste, pero dedicar a una o más personas a crear, gestionar y monitorizar el contenido no es gratis (aparte del coste de las herramientas de monitorización de pago y otras).

# 4. Hay que contratar a un periodista

Hoy en día, que seas periodista puede ser garantía de que sabes escribir, pero eso no presupone que sepas hacerlo en el medio online. Y que seas filólogo, humanista o escritor, tampoco.

La escritura online no responde necesariamente a los parámetros ni al estilo a los que están habituadas muchas de las profesiones que entendemos que deberían dedicarse a ello. Es importante que quien escriba conozca bien el tono que debe emplear en cada entorno (no es lo mismo escribir para Facebook que para un blog). El texto web es hipertextual, es decir, debe tener en la medida de lo posible enlaces que lo enriquezcan. ¿Cuántas noticias de periódicos españoles enlazan a su fuente de referencia?

Aquí tienes unas pautas que te pueden ayudar a orientar tu escritura: 10 claves para conseguir que tus post llamen la atención. Tuitea esto

Por otra parte, contratar a alguien externo para que hable sobre tu producto puede estar bien y te asegurarás de coger a una persona que no ponga faltas de ortografía y que construya bien los textos, pero ¿sabrá también esa persona cuáles son tus objetivos de empresa para enfocar el texto y orientarlo también a resultados (€, $…)? Si te gusta tanto el texto que te han escrito, ¿por qué no consigues más visitas? Lo más probable es que conozca poco tu producto y trayectoria de empresa y hable sólo de una forma superficial (a menos que realice mucha investigación, y eso también tiene un coste). En consecuencia, los contenidos en los distintos canales no sonarán espontáneos.

# 5. Tenemos “creativos” en la empresa

La otra opción es delegar los contenidos en un “creativo”. Esta palabra, que está tan de moda últimamente, en realidad tiene un significado muy vago y es difícil clasificarla en un perfil. Un “creativo” es sencillamente alguien “que crea”, y eso lo podríamos aplicar a cualquier disciplina. En el ámbito en el que nos movemos suele asociarse a la publicidad y el diseño. Pero el lenguaje de la publicidad y el diseño no es precisamente el que mejor funciona para posicionarse en Internet, ya que más que “dar rienda suelta a la imaginación y la creatividad” lo que se necesita es gente que realice un trabajo de análisis relacionado con palabras clave (SEO), con el sector y con el negocio. Y eso no se le suele pedir a un “creativo”. Google necesita palabras, no metáforas, ni diseños estupendos.

# 6. El SEO “está muerto”

Si los profesionales que te asesoran dicen eso, sal corriendo. ¿Acaso no te gustaría saber cómo, cuándo y dónde buscan tus usuarios los productos de tu sector? Con herramientas gratuitas de Google se puede. Analizar las palabras clave para conocer los patrones de búsqueda de los propios productos es algo fundamental para que tus usuarios te encuentren. Sin investigación y análisis, no pueden producir contenido de calidad para tu empresa.

Esta presentación de Fernando Maciá te dará una idea de la importancia y la complejidad que puede entrañar el posicionamiento en buscadores a la hora de elaborar contenidos:

# 7. ¿Para qué enlazar? ¿Quién se entera?

Es una práctica muy habitual tomar contenidos de terceros y ni siquiera enlazar a las fuentes originales. En realidad, es lo más fácil, pues producir contenidos periódicos representa un esfuerzo importante. Hay quien enlaza hacia la página principal de la fuente de origen ( “Home” de un blog, de un periódico) pero no hacia el post o artículo en cuestión, y ésa también es una práctica poco recomendable.

¿Cómo vas a demostrar a tus usuarios que eres el más enterado de la materia si no consultas fuentes de calidad? Enlaza tú antes que tu competencia o antes de que te descubran.

# 8. No hay tiempo

Puesto que no dan importancia a la producción de contenidos para la red “porque no vende”, no tienen tiempo de elaborarlos, y en consecuencia “lo fácil” es subcontratarlos o sencillamente escribir cualquier cosa. Siempre tienen cosas más importantes que hacer: dedican muchas veces tiempo a reuniones improductivas o tareas repetitivas e inútiles que, como están establecidas así de toda la vida, se siguen haciendo aunque no aporten valor.

Estar y participar en Internet, como todo, requiere tiempo. Si no lo tienes, céntrate en aquellos espacios o aquellas acciones que más aporten a tu empresa. Ten en cuenta que tu presencia y participación también es imagen para tu empresa. ¿Entregarías a un cliente un catálogo mal maquetado porque no lo has podido revisar, porque no has tenido tiempo de retocar las imágenes?

# 9. El diseño es más importante que el contenido

No es cierto. Lo más importante es encontrar un equilibrio. De nada sirve una página en flash con un muñeco haciendo piruetas en la página principal de una web igual que tampoco resulta útil escribir montones de contenidos sin orden ni concierto. El contenido hay que diseñarlo, como veíamos en el post del punto # 4, pensando en el usuario.

Conclusión

La creación de contenidos en Internet no es una tarea tan sencilla como pretenden quienes pagan cuatro duros por ella. Es una labor muy seria que requiere de tiempo, implicación y participación en la estrategia de negocio. Un buen posicionamiento en Internet implica un amplio conocimiento de los lenguajes que se emplean en los distintos canales.

¿Trabajas los contenidos a conciencia? ¿Tienes a un equipo en tu empresa que se dedique a ello?

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