¿Llevas tiempo pensando en un vídeo promocional y tienes un montón de ideas? Imagínate que se te ha ocurrido un vídeo: lo grabas, lo montas con las herramientas gratuitas que encontrarás aquí y lo subes. Ante tu asombro, el fruto de tus esfuerzos cae en el olvido.
Seguramente has leído los 3 consejos para aprovechar al máximo el potencial audiovisual e incluso has aplicado alguno en tu producción. Si es así, ¿por qué tu vídeo no despega? ¿Por qué no se hace viral como tantos de los que tienen éxito en la Red?
Al margen de darle vida al contenido, y si quieres alcanzar muchas reproducciones, es imprescindible que definas muy bien a quién va dirigido el vídeo. Hazte estas preguntas:
- ¿Sabes para quién es el vídeo? ¿Hasta dónde conoces a ese público al que se dirige?
- ¿Quién lo va a ver el primero?
- ¿Quién NO lo va a ver primero (a menos que se lo enseñe un amigo o salga en un blog que sigue)?
- ¿Qué efecto quieres producir en el usuario?
- ¿Qué elementos tiene tu vídeo para captar su atención?
¿Has conseguido llegar hasta el final?
Existe una probabilidad muy alta de que no veas este vídeo entero. ¿De qué están hablando? Algunas frases parecen no tener sentido. Sin embargo, si conoces a algún físico (o estudiante de física), enséñaselo. Le encantará, porque se trata de una canción con muchas referencias a particularidades de esta ciencia. Sin embargo, ¿acaso los físicos predominan en nuestra sociedad? Imagínate que este vídeo llega a 100 personas, y ninguna de ellas es físico. Es improbable que llegue mucho más allá porque éstos no harán la función de reenviar o recomendar el vídeo. ¿Y si lo mandamos a 100 físicos? De repente el juego cambia.
¿Te suena esta situación?
Por eso es crucial que, cuando crees un vídeo, tengas en mente a quién te diriges. Veamos cómo empezar.
Índice del artículo
¿Te acuerdas de Gangnam Style? Este estudio de la agencia de relaciones públicas 10 Yetis es un buen análisis de los componentes de la estrategia que lo convirtió en el vídeo con más reproducciones de YouTube.
Entre ellos, el estudio destaca la plataforma de la discográfica YG Entertainment, que antes de lanzarlo ya contaba con 2,5 millones de suscripciones a sus canales de YouTube (además de los seguidores en distintas cuentas de Twitter que también movían información). Ésta es la base que impulsó el videoclip en sus primeros momentos: en su primer día ya contaba con medio millón de reproducciones, y no sería arriesgado atribuir la mayor parte de esa cifra a los seguidores del sello musical.
El otro lado de la pantalla: tu comunidad
¿Quiénes son los primeros en ver el nuevo videoclip de un grupo de música? Sus fans. Los mismos que lo comparten y lo ponen en sus muros y aumentan las visitas: en consecuencia, atraen la atención sobre el vídeo de manera orgánica.
¿Luchas por conseguir impacto desde cero cada vez que lanzas un vídeo o tienes una comunidad de seguidores que te apoyan?
No es lo mismo tener un público potencial hasta el que tienes que llegar con tu mensaje que una comunidad conectada a tu alrededor que está interesada en saber qué va a ser lo próximo que tienes preparado.
[callout bg=”#DFBF91″ color=”#000000″]¿Qué le ofreces a tu comunidad? ¿Solamente publicas un vídeo de vez en cuando para promocionar algo concreto y te olvidas del otro lado de la pantalla el resto del tiempo? ¿O los mantienes atentos con nuevas historias, incluso historias de las que forman parte y que comparten contigo o con tu marca? ¿Diriges esfuerzos a conocerlos y conectar con ellos, los más interesados en tu producto o idea, o inviertes tu tiempo dando codazos para abrirte a un público general que te desconoce? Piensa que cuando haces un vídeo abres un nuevo canal de comunicación para los usuarios susceptibles de tus productos, servicios o marca. Si sólo vas a hacer uno o dos vídeos al año es probable que no sea contenido suficiente como para crear una comunidad.[/callout]El concepto de la comunidad alrededor de una marca se puede conectar con el de la tribu que describió Seth Godin:
Y para conectar ambas ideas, aquí te dejo un caso muy interesante de una artista que sabe mantener un lazo estrecho con su comunidad: el de la intérprete musical Amanda Palmer, explicado por ella misma en esta charla de TED:
Cómo conocer a tu audiencia
Conocer a quién te diriges te permite concentrar tus esfuerzos y conseguir mejores resultados. Puedes concretar mucho más tu audiencia con simples preguntas. Éstas son algunas que te podrían servir, relevantes o no según cada caso:
- ¿Qué quiere? ¿Qué necesita? (¡No siempre es lo mismo!)
- ¿De qué tiene miedo? ¿Por qué?
- ¿Por qué vería un vídeo?
- ¿En qué trabaja?
- ¿Qué le gusta? ¿Qué no le gusta?
Si quieres aprender a conocer a tu audiencia, un buen punto de partida es este tutorial para el análisis sobre la audiencia en Social Media de Ernesto del Valle. Cuando ya tienes una noción de a quién te diriges, es mucho más fácil determinar qué conviene evitar o incluir en tu mensaje, o qué resultado concreto pretendes conseguir. Sobre todo a quién te interesa llegar. Como ejemplificaba en la introducción, si tu vídeo para físicos no llega a ningún físico, lo tienes difícil.
Incluso si tu objetivo es darte a conocer a una audiencia más amplia, tener un núcleo de apoyo inicial puede ayudarte con la difusión.
Conclusión
Éstas son, pues, las ideas principales que te ayudarán a difundir tu mensaje:
- Tu vídeo funcionará mejor si lo diriges a un público concreto: tu misión es averiguar quién y por qué va a ver el vídeo.
- Aun teniendo la popul class='list-style-old list-style-check'aridad general como objetivo, contar con una comunidad activa interesada en tus contenidos puede ser crucial para dar a conocer tu mensaje.
- Si estableces una comunidad conectada contigo o tu marca y la mantienes viva, lo tendrás más fácil que lanzando un vídeo de vez en cuando y empezar de cero en cada ocasión.
Un comentario
Iñigo Morán
02/06/2013 a las 11:58
Buen artículo. Falta un último punto que sería “el azar”. Nunca se sabe lo que puede llevar al público a viralizar el vídeo. Un saludo.