Community Manager: Psicología positiva en marketing online

¿Tienes tendencia a clicar mensajes exacerbados de emociones positivas? ¿Eres adicto a los mensajes positivos? ¡Cuidado! Quizás es que no sabes lo que quieres en tu vida, y eso sin duda afectará a tu trabajo.

 

 

Pseudogurús de la psicología positiva en marketing online

Hoy voy a hablarte de 3 mitos de una pseudopsicología positiva que cada vez es más común en la Red y por la que es muy fácil dejarse llevar.

No sé si has notado que con una celeridad asombrosa se multiplican los pseudogurús que ofrecen cursos, charlas y conferencias que prometen transformarnos la vida con el simple cambio de unos cuantos hábitos de pensamiento.

Además, para colmar nuestro nivel de infoxicación, ahora se ha puesto de moda el trasvase de “expertos” del marketing en redes sociales hacia el mundo de la psicología positiva, los cuales, ante la incapacidad de conseguir tráfico en sus webs, han descubierto aquí “El Dorado”: escribir cuatro consejos de psicología barata para acaparar la atención de un público saturado de la misma información y ansioso por que algún día su vida cambie como por ciencia infusa tras leer uno de esos artículos.

[eBook gratuito] ¿Por qué eres como eres?

Pero antes de seguir adelante me gustaría compartir contigo el eBook gratuito ¿Por qué eres como eres? Descubre tu mundo interior, un sencillo eBook que te permitirá embarcarte en un viaje hacia el corazón de tu personalidad, basado en las teorías del Análisis Transaccional.

A veces nos cuesta adentrarnos en el camino del descubrimiento interior por temor a qué podemos encontrarnos, y otras veces simplemente porque no sabemos por dónde empezar o no tenemos unos recursos teóricos básicos sobre nuestro funcionamiento interior. Hoy en día, con el avance en el campo de la psicología hay muchas teorías que son tan sugerentes como prácticas para ayudarte en ello.

Y a quienes primero quería presentar este eBook es a los lectores de Socialancer, para los que llevo escribiendo desde los inicios de esta web. Mi más sincero deseo es que disfrutes de su lectura. Descárgalo aquí.

La psicología positiva mal entendida

Desde que Martin Seligman destapó la caja de Pandora de la psicología positiva, estamos asistiendo a un cúmulo de información sobre psicología positiva directamente proporcional al nivel de desconocimiento que vamos adquiriendo sobre tan interesante perspectiva de la psicología.

Posiblemente el enfoque que abrió Seligman sea uno de los más sugerentes de cara a la mejora de la vida y consecución de la felicidad de las personas.

Sin embargo, se puede prestar también a muchas interpretaciones facilonas que le restan el valor real de transformación que tiene que ver con los principios del trabajo y esfuerzo constante en el propio proyecto de cambio de vida.

Estas interpretaciones no sólo son estériles sino que en muchos casos acaban dañando al que confía en ellas con la candidez del que cree que ha encontrado la llave salvadora de su vida.

Con el fin de reconocerlas, voy a entrar ya en los 3 mitos sobre los que se basan estas líneas de pseudopsicología, los cuales, como ocurre con muchos mitos, tienen algo de verdad… pero sólo la mitad. 😉 Añadiré, también, el que sería el planteamiento realista de un enfoque sano desde la psicología positiva.

MITO 1. Si pienso en positivo puedo conseguir todo lo que quiera

La pura lógica nos hace ver que esto no tiene sentido. No puedo conseguir la fortuna en el azar por más que me la imagine, ni aprobar un examen o conseguir un trabajo porque sea muy positivo, ni encontrar aparcamiento en la puerta del Mestalla porque me repita a mí mismo: “Voy a encontrar aparcamiento durante los próximos diez minutos”, ¡y me convenza de ello!

Circulan libros que le han puesto hasta nombre, como el de “ley de la atracción”, difundido por autores como Rhonda Byrne con su best seller El secreto. Sin embargo, uno de los sesgos típicos de los que hablan de estos principios es que sólo ponen los ejemplos de aquellas veces que los han visto cumplidos, en sus vidas o en las de otros. Y todas las veces que no ha sido así -en sus vidas o en las de tantos seguidores como tienen-, se obvian o se encasillan dentro de aquellas ocasiones en las que no han sido capaces de pensar suficientemente en positivo.

No hay duda de que no existe argumento más circular que este: “Si ha ocurrido es porque he pensado bien; si no ha ocurrido es porque no he pensado bien”. La demostración científica perfecta, sin fisuras, vamos.

REALIDAD 1. Si pienso en positivo estaré en mejor disposición mental para conseguir mis metas

En cada reto que nos proponemos conseguir se entremezclan nuestros pensamientos, emociones y conductas con toda una serie de circunstancias externas que no podemos controlar.

¿Qué es penar en positivo y cómo nos puede ayudar? Pensar en positivo tiene que ver con:

• Enfocarnos en todo aquello que podemos controlar de nuestra realidad.
• Cómo gestionamos nuestro mundo interior.
• Cómo nos centramos en nuestras capacidades y el modo en que gestionamos las emociones, las cuales son las que nos motivan a hacer o dejar de hacer algo.

Pensar en positivo no garantiza que consigamos nuestras metas, porque siempre estarán esas circunstancias incontrolables, pero nos ayudará a tener activados esos recursos mentales tan necesarios (motivación, visión holística de las circunstancias, foco en las oportunidades, etc.) que aumentarán las posibilidades de conseguir nuestras metas.

MITO 2. El cambio de las circunstancias que me rodean depende de mí; con mi pensamiento puedo cambiar el mundo

Este mito está muy ligado al primero. Algunos autores como Paulo Coelho lo han divulgado con expresiones tan emotivas como acientíficas como la de que “el universo se confabula a mi favor” para ayudarme a conseguir mis objetivos. Todo depende de mí.

No dudo de que algunos de los que me estéis leyendo en este momento os habréis puesto a la defensiva: ¡¿tocar a Coelho?! Personalmente disfruto con muchos de sus escritos. Ahora bien, cada vez me entristece más encontrarme con personas que han acabado frustradas por este planteamiento filosófico-religioso (sí, es un planteamiento de fe) tras convencerse de que si no ven cambio en sus vidas es porque ellos no son capaces de proyectarse suficientemente en positivo.

El proceso normal que suelo observar es el de personas que viven a base de:

• “Chutes emocionales” a través de leer este tipo de libros, artícul class='list-style-old list-style-check'os o asistencia a talleres. Se ilusionan y eufóricos extienden la filosofía con la pasión del que ha descubierto el elixir de la eterna felicidad.
• Conforme pasan los días y las semanas y no ven un cambio significativo en sus vidas la motivación desaparece… ¡Hasta que vuelven a conectarse con un nuevo libro o taller! Al cabo de un cierto tiempo, aquellos que acaban desengañados de esa adicción, en el mejor de los casos se desencantan de estas teorías, pero en el peor, como he dicho, acaban dañados en su sentido de valía personal.

REALIDAD 2. De mí solo depende mi cambio personal; si yo cambio eso facilitará mi influencia en el mundo que me rodea

Cuando la realidad no es la que me gustaría, bien porque no me es muy favorable para la consecución de mis metas o porque la considero perjudicial en cualquier sentido, lo realmente útil es enfocarme en aquellos parámetros que están bajo mi control. Como he dicho en el punto anterior, el parámetro principal es la gestión de nuestro mundo interior.

De hecho, incluso nuestra conducta puede estar a veces limitada (está altamente bajo nuestro control pero tampoco completamente). No siempre podemos realizar aquello que desearíamos. Sin embargo, nuestros pensamientos no tienen límite. De hecho, en nuestro pensamiento reside nuestro gran poder personal. ¿Pero en qué sentido es poder? En el sentido de que en nuestro pensamiento reside la capacidad del foco, la capacidad de enfocarnos en aquellos recursos y oportunidades que si los utilizamos -los primeros- y aprovechamos -los segundos-, estaremos en mejor disposición de influir en las circunstancias para que cambien. Pero, también, en el sentido de que de nuestro pensamiento nos permite asumir aquellas circunstancias que no podemos cambiar para seguir disfrutando de la vida a pesar de las mismas.

MITO 3. La clave está en repetir frases positivas

Este mito tiene mucho que ver con las técnicas que se enseñan para poder poner en práctica esa capacidad de pensamiento positivo. Si los otros dos mitos conectan con las personas por el ansia que todos tenemos de que nuestra vida cambie en dirección a ser más felices, este último lo hace a través 2 cosas:

1. El deseo -no muy reconocido- de conseguir lo máximo con el mínimo esfuerzo,
2. La conexión que todos guardamos con nuestros orígenes ancestrales con respecto al mundo de la magia, o sea, al valor místico de los rituales.

Muchos de los consejos prácticos de estas pseudopsicologías están relacionados con repetir ciertos mantras como: “yo puedo”, “sé que lo haré bien”, “voy a conseguir el trabajo”, “sé que soy una persona encantadora”. Aunque se disfrazan de reprogramación psicológica, en el fondo calan en nosotros porque son fórmulas sencillas de controlar la realidad, al estilo de los mantras de los chamanes de las tribus del Amazonas. No nos engañemos, no somos tan diferentes.

Pero ¿no es verdad que estos mantras funcionan en movimientos como las sectas? Sí, porque cumplen su función: la de desconectar a la persona de sus capacidades racionales ejecutivas (autocontrol, toma de decisiones, pensamiento crítico…). O sea, funcionan porque crean una disfunción cognitiva en el funcionamiento normal de un ser humano adulto y maduro cognitiva y emocionalmente.

REALIDAD 3. La clave: reprogramar mi mundo mental progresivamente

Aquí está la media verdad. Una de las virtudes de la psicología positiva es la de ayudarnos a reprogramarnos de una serie de modos negativos de funcionamiento de nuestra mente que nos han lastrado durante años (pesimismo, desaliento, miedo descontrolado, ira incontenida…). Para ello puede ser útil el repetirnos “frases positivas”, como muchas otras estrategias. Pero estas frases positivas no son una repetición vacía sin más. Son el culmen de una reflexión racional que hemos hecho previamente para desmontar esas visiones pesimistas sobre nuestra realidad, esos miedos que nos paralizan o ese desaliento que nos lastra a quedarnos pegados en nuestro sitio sin luchar por nuestras metas. O sea, son un complemento -o incluso la culminación- de todo un proceso racional que lo que hace es todo lo contrario a lo que hacen las sectas, en este caso nos ancla más a la realidad.

Por tanto, no es una cuestión de repetirme: “Voy a conseguir el trabajo”, “La entrevista me va a salir bien”, sin más, sino de reflexionar sobre mis miedos a hacer una entrevista, el argumentar racionalmente sobre ellos y desmontar su poder, así como dar los pasos conductuales que consideremos necesarios para prepararnos (quizás un curso de hablar en público para ayudarnos con el miedo, por poner un ejemplo). Y es posible que ese proceso resulte en declaraciones que cuando llegue el momento nos puedan ayudar el pensar en ellas como:

[quote style=”1″]No puedo saber si conseguiré el trabajo, pero sé que es un proceso. Voy a dar lo mejor de mí y aprender de esta experiencia. La realidad es que cada entrevista que hago me sale mejor y esto me acerca más a mi meta.[/quote]

De hecho, los últimos estudios de psicología sobre el tema de las “frases positivas” están demostrando que cuando una persona con tendencia a pensamientos negativos -o incluso depresiva- decide repetirse sin más frases positivas (que en el fondo de ella no se las cree), en el cerebro se activan las mismas zonas que lo hacen cuando se activan las emociones negativas que está sufriendo. Lo que, lógicamente, la acaba sumiendo en un estado peor del que estaban.

Reflexión final

Permíteme que acabe con una reflexión final: no existen caminos fáciles y rápidos para el cambio personal. De hecho, las personas nos podríamos dividir en dos tipos: los que crecen día a día (aunque sea lentamente) y los que decrecen. La realidad tanto de la sociedad como del ser humano es de cambio constante. Por ello, el ser humano individual necesita estar adaptándose continuamente a sus nuevas circunstancias, lo que consigue a la par que su crecimiento personal. Lo lógico es avanzar conforme avanza nuestra vida, por eso no existe el estancamiento. Si nos quedamos “parados”, como la vida continúa, en un sentido estamos decreciendo. Y el pensar que nuestra vida va a cambiar con dos consejos simplones es una de las estrategias más retorcidas de nuestro inconsciente para anclarnos en la pasividad, y en consecuencia en el estancamiento.

Por tanto, si hay algo clave para no dejar de avanzar es entusiasmarnos por el proceso mismo de cambio, y este cambio está sustentado en un proceso de autoconocimiento continuo. La negación de nuestra realidad, el desconocimiento de nuestro mundo interior, es uno de los mayores handicaps para desarrollarnos y avanzar hacia nuestras metas.

¿Cómo que te afectan estos mitos en tu día a día? ¿Te motivan para seguir adelante o crees que te estancan? Comparte tu visión en los comentarios y hablemos sobre ello.

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